A los estudiantes se les encarga con frecuencia la redacción de ensayos, que también desempeñan un papel importante en el proceso de admisión a la universidad. Pero no son los únicos: los profesionales que se presentan a exámenes de titulación o tesis también necesitan saber cómo escribir redacciones claras, concisas y persuasivas.
Incluso si no te consideras un artista de la palabra, no tienes que sentirte intimidado por los ensayos y las tareas de escritura. Cuando aprendas los pasos básicos y las estructuras más comunes, verás que te resulta más fácil escribir tus pensamientos sobre cualquier tema.
¿Cuáles son los diferentes tipos de ensayos?
Los ensayos pueden tener muchas formas diferentes. Los tipos más comunes son los siguientes:
- Ensayo narrativo: El ensayo narrativo comparte información en forma de historia y desde un punto de vista claramente definido.
- Ensayo expositivo: Este tipo de ensayo explica, ilustra o aclara un tema. También incluye piezas instructivas con instrucciones paso a paso.
- Ensayo descriptivo: Los ensayos descriptivos hacen exactamente lo que su nombre indica: describen con detalle un acontecimiento, un fenómeno o cualquier otro tema.
- Ensayo persuasivo: Este tipo de ensayo tiene como objetivo convencer a la audiencia para que adapte una determinada perspectiva o idea.
- Ensayo de comparación y contraste: Este tipo de redacción señala lo similares o diferentes que son dos o más cosas entre sí. Si estudias administración de empresas, puedes darte una idea de este tipo de narrativa con los libros y artículos al respecto.
- Ensayo de problema-solución: Este ensayo destaca un problema, influye en el lector para que se preocupe por él, sugiere una solución y aborda posibles objeciones.
¿Cómo se empieza un ensayo?
No hay nada más desalentador para un escritor que mirar una página en blanco. Por eso es necesario tener un plan de acción para empezar el ensayo.
1. Decide el tipo de redacción y el tema.
A veces, ya tendrás un tipo de redacción o un tema asignado, lo que te ahorrará un paso. Si no te los han asignado, tienes que pensar en posibles temas sobre los que puedas escribir. Esto también ayudará a determinar el tipo de ensayo que vas a escribir.
Algunas preguntas que puedes hacerte para encontrar un buen tema son
- ¿Qué es lo que me apasiona?
- ¿Qué pensamiento o idea quiero compartir?
- ¿Hay algún concepto erróneo que quiera corregir?
2. Haz una lluvia de ideas e investiga el tema que has elegido.
Una vez que hayas elegido el tema, haz una lluvia de ideas sobre las diferentes ideas de apoyo que puedes exponer sobre el tema. Empieza con los datos básicos de tu idea, haciendo preguntas como qué, dónde, quién, cuándo, por qué y cómo.
Puedes utilizar el método del mapa mental para hacer una lluvia de ideas que conecten entre sí, o también puedes limitarte a anotar las viñetas que encuentres en tu investigación.
3. Desarrolla tu declaración de ensayo.
Después de la lluvia de ideas y la investigación, escribe el enunciado de tu ensayo. Una declaración de ensayo consiste en una o dos frases que resumen el tema principal o el argumento de tu ensayo.
Por lo general, el enunciado de la tesis presentará el tema principal y expresará la posición que se tiene respecto al mismo.
4. Escribe tu esquema.
Una vez que tengas la tesis, puedes empezar a preparar el esquema. Mucha gente se salta el proceso de elaboración del esquema, pensando que es una pérdida de tiempo.
Pero, en realidad, un esquema puede ayudarte a organizar tus pensamientos antes de empezar a escribir y, de hecho, te ahorrará tiempo, ya que evitarás irte por las ramas o saltar de una idea a otra sin una dirección clara.
Cuando escribas tu esquema, asegúrate de que cada párrafo tenga sólo un punto principal. Mezclar demasiados puntos en un párrafo tiende a confundir al lector. Además, asegúrate de que todos los puntos principales sean relevantes para tu tesis.