Puedes manejar la verdad. La profesión de abogado es una de las más desafiantes, prestigiosas y bien recompensadas. Tu marcas la diferencia en la sociedad, defendiendo a los inocentes y persiguiendo a los culpables. Los estudiantes de derecho son los soldados de primera línea del sistema de justicia, y se aseguran de que los derechos de sus clientes sean escuchados.
Si quieres convertirte en abogado, hay muchas razones fantásticas para hacerlo. A continuación, te diré ocho razones para estudiar licenciarte ejecutiva en derecho y convertirte en abogado.
1. Marcar la diferencia
El derecho es el agente y depositario del cambio en la sociedad. Como abogado, defiendes tus argumentos utilizando los preceptos de la ley. Toda la sociedad que vives en el día a día es el resultado de que todos funcionemos juntos bajo un código de leyes. Desde que Hammurabi de Babilonia concibió un sistema legal (y probablemente antes), los seres humanos han vivido según la ley de la tierra.
Pero esas leyes pueden cambiar, pueden ser traspasadas, pueden ser aplicadas injustamente. Como abogado, tu trabajo es defender los derechos de la población contra los intereses malignos. Si un propietario exprime a sus inquilinos y no mantiene la propiedad, si se discrimina a un miembro de una minoría o si una tienda minorista realiza prácticas abusivas, son los abogados quienes llevan el caso ante el juez.
2. Recibir una remuneración excepcional
Todo es cuestión de dinero, dinero, dinero. La de abogado es una profesión famosa y bien remunerada. Por algo trabajan muchas horas. Los conocimientos extremadamente especializados que poseen los abogados hacen que puedan percibir unos honorarios elevados cuando trabajan a título individual. Si trabajas en un bufete de abogados, los salarios medios son muy, muy superiores a la media.
Por lo tanto, si quieres obtener un título que te dé la oportunidad de obtener un increíble potencial de ingresos nada más salir de la universidad, entonces un título de abogado es una sólida elección. No es fácil, pero la recompensa al final hace que valga la pena.
3. Ganar estatus y prestigio
Hay líderes mundiales que estudiaron Derecho. Si nombras a Latham & Watkins, Hay un montón de películas y series de televisión, como Suits, The Rainmaker y la película responsable de la cita inicial de este artículo, que dan glamour a la profesión de abogado y muestran lo apasionante que puede ser este mundo. Todo el mundo sabe que ser abogado es duro y requiere una gran cantidad de intelecto, habilidad y fortaleza. Por ello, el trabajo lleva aparejada una gran cantidad de prestigio.
Tanto si se trata de luchar por un enorme bufete de abogados que representa a los mayores clientes internacionales, como de participar en los casos más destacados de las noticias, ser abogado está repleto de prestigio y estatus.
4. Es desafiante y gratificante
La justicia. Dinero. Poder. Las recompensas de la carrera jurídica parecen interminables, y eso es porque si destacas en la carrera, lo son. Entonces, ¿cuál es el problema? El truco es que la abogacía es una carrera notoriamente difícil, con un trabajo diario que a menudo combina plazos muy estresantes, montañas de lecturas (que deben ser retenidas), y la capacidad de estar al máximo mentalmente a través de horas extenuantes, y nunca saltarse el ritmo todo el tiempo.
Así pues, si eres una persona que disfruta con los retos y que siente que acepta la intensidad en lugar de rehuirla, estudiar Derecho es una excelente opción. Sí, los grandes bufetes de abogados exigen jornadas regulares de 12 horas mientras gestionas las extensas carteras internacionales de los conglomerados.
5. Tener una seguridad laboral total
Los abogados son parte integrante del funcionamiento de la sociedad. Como los profesores, las enfermeras y los fontaneros. Si eres bueno en tu trabajo, sólo te quedarás sin trabajo si la propia sociedad deja de funcionar. Por suerte, tu trabajo diario es garantizar que no lo haga. Todo esto significa que estudiar Derecho es una forma estupenda de acceder a una carrera a prueba de recesiones.
Incluso si la economía se hunde, la necesidad de abogados no lo hace. De hecho, áreas del derecho como los litigios civiles, las quiebras y el derecho laboral aumentan de forma natural a medida que una mayor parte de la sociedad tiene que pasar por estos procedimientos.